Los avances tecnológicos de las últimas décadas, y especialmente desde el lanzamiento del primer satélite del programa espacial Landsat en 1972, han abierto la posibilidad de adquisición de información a través de los sensores remotos. Varias son las ramas que se han valido de la teledetección para seguir avanzando en sus diferentes campos de investigación, como es el caso de las Telecomunicaciones o la Meteorología, sin embargo, la observación – casi que constante – de la Tierra desde plataformas espaciales, ha traído consigo otras ventajas, esencialmente, han facilitado el monitoreo de bosques. La teledetección recopila información de objetos localizados en la superficie terrestre a través de un sensor, y las representa con variadas resoluciones y diferentes escalas, convirtiéndose en una herramienta sustancial para el monitoreo, análisis y producción de información relacionada con las diferentes cubiertas boscosas.
A nivel mundial se han elaborado actividades, que abordan el desarrollo, análisis y validación de metodologías basadas en productos, técnicas de Teledetección y Sistemas de Información Geográfica (SIG), cuya línea de estudio está relacionada al monitoreo de bosques nativos; la interpretación de los productos brinda la oportunidad de realizar de manera más eficiente el seguimiento y evaluación de los cambios forestales optimizando el aprovechamiento de los recursos. Toda la Información sobre recursos forestales y ecosistemas es fundamental para establecer políticas que optimicen las acciones asociadas a la conservación, así como a su inspección, obteniendo un manejo sostenible.
La teledetección es un instrumento meritorio para todos los estudios e investigaciones ya que, dadas sus particularidades de resolución, permite calcular ciertas variables, que de otro modo sería complejo y costoso. Por ejemplo, la disponibilidad de imágenes gratuitas hace que aplicaciones como la agricultura de precisión tengan un gran apogeo, ya que interesados con conocimientos en teledetección pueden descargar las imágenes y determinar los diferentes índices de vegetación, que son un indicativo del estado de salud, del desarrollo nutricional o del dinamismo fotosintético de las plantas. Del mismo modo, de forma paralela, permite que variadas organizaciones creen aplicaciones que faciliten al agricultor – no experto – la creación y representación de estos índices en su computadora, tableta o teléfono móvil.
Quizá genere un poco de temor el primer acercamiento con la tecnología, sin embargo, no debe ser un obstáculo para empezar a usarla, a fin de gestionar la información de una manera más precisa de tal modo que la toma de decisiones en trabajos de conservación de los recursos Naturales, especialmente, el bosque de todo el planeta sea focalizada y priorizada.