Por María Fernanda Corredor
Los ecosistemas de manglar se encuentran en las costas de las regiones tropicales, donde el agua salada del océano se mezcla con el agua dulce de los ríos. En Colombia, estos bosques se extienden a lo largo de las regiones del Pacífico y el Caribe. Son vitales debido a la gran biodiversidad que albergan, su papel en la protección de las costas contra la erosión al estabilizar el suelo con sus raíces, y su contribución significativa en la captura y almacenamiento de carbono, lo que ayuda a combatir el cambio climático.
Actualmente, se han implementado varias estrategias de conservación para proteger estos ecosistemas:
- Protección legal: Se han creado áreas protegidas y reservas marinas para salvaguardar los manglares de la degradación y explotación.
- Proyectos de restauración: Se enfocan en la replantación de especies nativas y la rehabilitación de áreas dañadas para recuperar la estructura y funcionalidad natural de los manglares.
- Educación y sensibilización: Se han desarrollado programas educativos y campañas de sensibilización para expandir la comprensión pública sobre la importancia de los manglares.
- Participación comunitaria: Involucrar a las comunidades locales en prácticas sostenibles y en actividades de restauración fortalece los esfuerzos de conservación y asegura que se consideren tanto las necesidades de las personas como las del ecosistema.
En conclusión, los ecosistemas de manglar son esenciales ya que proporcionan numerosos beneficios ambientales y servicios ecosistémicos. Su conservación requiere un enfoque integral que combine protección legal, restauración, educación y colaboración comunitaria.