Gran parte de Australia está ardiendo desde septiembre de 2019. Hasta el momento, han ocurrido 200 incendios, han muerto de 24 a 27 personas, existen decenas de desaparecidos, millones de animales muertos y heridos, 1.200 viviendas destruidas, 10 millones de hectáreas calcinadas (equivalente al área de Hungría)[1] y 400 megatoneladas de CO2 emitidas. Afirman algunas investigaciones, por medio de las imágenes satelitales y la dirección del viento, que el humo de dichos incendios viajó más de 12.000 kilómetros sobre el Océano Pacífico, llegando a Chile, Argentina y Uruguay[2]. Aunque la densa nube no afectaría a estas poblaciones, porque el humo se encuentra a 6.000 metros de altura[3], solamente tendrá consecuencias en ver un atardecer con un sol más rojo de lo normal[4].
La causa de estos 200 incendios, está sujeta a las consecuencias del cambio climático, debido al fenómeno llamado “dipolo del Océano Indico”. Este fenómeno está determinado por la temperatura del agua del Océano Indico oriental (Península Arábiga, Madagascar y África) y occidental (Indonesia, Malasia, Sri Lanka, Australia, entre otros). Si el agua de este océano en la zona oriental es más calurosa que el promedio, significa que habrá más lluvias. En consecuencia, el agua de la zona occidental del mismo océano es más fría que el promedio, por tanto, habrá menos lluvia. Mientras en áfrica oriental existen deslizamientos, lluvias intensas e inundaciones, cobrando la vida de más de 300 personas, en Australia e Indonesia existen sequias e incendios forestales[5].
Entonces, según estudios de monitoreo, el cambio climático está haciendo un gran efecto en la temperatura del agua del Océano Indico, al variar de manera brusca la temperatura de estas dos zonas, ocasionando extremos veranos y sequías, por ende, intensos incendios[6]. Solamente en 2019, Australia estableció records de temperatura de 40,9°C el 17 de diciembre y 41,9°C el 18 de diciembre. Además, en noviembre del mismo año (estación de primavera), las lluvias estuvieron muy por debajo del promedio, siendo el noviembre más seco en 120 años[7].
En el futuro, según los científicos climáticos como Wenju Cai, afirma que, si no ocurre las lluvias de primavera (septiembre – noviembre), se intensifica aún más los veranos, la vegetación se seca y se vuelve combustible. Los pronósticos indican que, de seguir así, en el año 2100 será tres veces mayor este tipo de fenómenos[8].
Existen varias soluciones al respecto:
- Si se disminuye los gases de efecto invernadero, y se logra estabilizar las temperaturas de 1,5 a 2°C, también se estabiliza el fenómeno dipolo, disminuyendo las variaciones de temperatura en el agua del Océano Indico[9].
- Efectuar métodos aborígenes australianos sobre las quemas culturales, dice Shannon Foster, profesora de Conocimiento Aborigen en la Universidad Tecnológica de Sidney. Las quemas culturales protegen el medio ambiente, repone la tierra, mejora la biodiversidad, genera microclimas beneficiosos y alienta la lluvia. Agrega Noel Preece, profesor de la Universidad James Cook, que las quemas culturales no tienen un enfoque único, debido a la diversidad de paisaje que contiene este país, y los pueblos indígenas tienen un conocimiento muy detallado del tipo de campo que necesita una buena quema. Además, dice, la quema cultural tiene limitaciones al solo controlar incendios moderados, no podría combatir megaincendios, pero si puede hacerse este tipo de prácticas de forma preventiva[10].
Las consecuencias de estos incendios van más allá de las afectaciones a la biodiversidad y los ecosistemas. Está teniendo inferencia en la política y en la economía, ya que el primer ministro Scott Morrison, se niega a discutir sobre el calentamiento global e incentivando la minería de carbón, ocasionando baja popularidad y protestas, al ir en contra de los principios y creencias del 77% australianos, que si creen en el calentamiento global y en buscar energías alternativas al carbón. Agregado a esto, Australia ha tenido pérdidas estimadas en USD$34 millones[11].
En conclusión,
el estado actual de Australia es una situación que pone a reflexionar a los
tomadores de decisiones en el mundo, ya que el costo de seguir negando el
cambio climático y no cambiar las políticas minero-energéticas, basadas en
carbón y combustible fósil, es muy alto en las dimensiones económicas,
sociales, ecológicas y políticas. Seguir direccionando la industrialización en
contravía a las recomendaciones del IPCC y de los científicos, no será rentable
a ningún plazo, ya que las pérdidas económicas por este tipo de fenómenos
climáticos, terminará absorbiendo las ganancias e inclusive, se vuelve más
susceptible a endeudarse y recibir ayuda de otros países para controlar estas
emergencias.
[1] https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-50992270
[2] https://news.un.org/es/story/2020/01/1467611
[3] https://www.france24.com/es/20200110-australia-vive-una-tragedia-ambiental-sin-precedentes
[4] https://www.ngenespanol.com/el-mundo/humo-de-incendios-de-australia-llega-a-chile-y-argentina/
[5] https://www.sciencenews.org/article/how-climate-change-may-make-australia-wildfires-more-common
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-50992270
[6] https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51068040
[7] https://news.un.org/es/story/2020/01/1467611
[8] https://www.sciencenews.org/article/how-climate-change-may-make-australia-wildfires-more-common
[9] https://www.sciencenews.org/article/how-climate-change-may-make-australia-wildfires-more-common
[10] https://www.bbc.com/mundo/noticias-51097195
[11] https://www.bloomberg.com/news/articles/2019-11-12/australian-leader-s-bushfire-plea-don-t-mention-climate-change