Por: Sebastián Castellanos Rodríguez 

Las cifras de salud mental en Latinoamérica no eran nada alentadoras antes de la pandemia, ya que los trastornos mentales, neurológicos y por suicidio superaban el 30%. Específicamente, la depresión oscila entre el 7% al 9% de la población, mientras que el suicidio y autolesión está en un rango entre 1% al 4%[1]. Actualmente, con la pandemia, estás cifras se han incrementado, ya que el encierro y la depresión postcovid han generado o despertado síntomas de trastornos mentales en las personas.

El estilo de vida que manejamos tanto en las ciudades como en algunas zonas rurales no es sano para la salud mental. La visión antropocéntrica que tenemos al pensar que estamos por encima de la naturaleza, genera las crisis que estamos viviendo como humanidad (ecológica, social, económica, espiritual). Además, año tras año llegan informes científicos de expertos en cambio climático de la ONU y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que advierten el deterioro del planeta y la inviabilidad para las futuras generaciones de vivir con buena calidad de vida en lo mental y en lo físico.

Una de las soluciones que se han presentado para prevenir y mitigar estas crisis como humanidad ha sido el término “Buen Vivir” o “Vivir Bien”, en lengua quechua se traduce al termino “Sumak Kawsay” o lengua aymara “Suma qamaña”. Es un concepto autóctono de los indígenas suramericanos, y ya hay países que lo han integrado a su constitución como Bolivia y Ecuador.  El termino se sintetiza como: “Vivir bien es la vida en plenitud. Saber vivir en armonía y equilibrio; en armonía con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida y de la historia, y en equilibrio con toda forma de existencia en permanente respeto”[1].

Este estilo de vida comienza desde los hábitos que uno tiene, desarrollando las acciones con propósito o finalidad, no de forma mecánica y sin sentido, por ende, los saberes del Buen Vivir nos resaltan lo siguiente:

  1. Saber Comer: Alimentos sanos, del lugar y la época de los alimentos del sitio, sin degradar la tierra.
  2. Saber Beber: Parecido cuando uno brinda por los muertos, pero en este caso es a la tierra, conectando el corazón y dejando fluir como el río.
  3. Saber Danzar: Bailar con propósito espiritual, en relación y conexión cosmotelúrico (energía que recibe el planeta del universo y de nosotros)
  4. Saber Dormir: Dormir antes de media noche para recibir las energías de la noche que termina y el día que llega. Recomienda la cabeza al norte y pies al sur (relacionado al Feng Shui).
  5. Saber Trabajar: El trabajo no es sufrimiento, es una labor, alegría, pasión intensa, ¿y por qué no?, misión y vocación.
  6. Saber Meditar: Proceso de analizarse internamente, buscar equilibrio, armonía, conexión con uno mismo, calma, tranquilidad, silencio.
  7. Saber Pensar: Reflexionar desde lo racional y el sentir “sin perder la razón, caminemos por la senda del corazón).
  8. Saber Amar y Ser Amado: Relacionado a la equidad de género, hacia el respeto a todo lo que existe y genera relación armónica.
  9. Saber Escuchar: No solo escuchar con los oídos, es percibir, sentir con nuestro cuerpo, si todo vive, todo habla también.
  10. Saber Hablar: Antes de hablar hay que sentir y pensar bien orientado hacia construir, alentar, aportar desde el corazón, porque nuestras palabras llegan a los corazones de quienes nos escuchan, algunas se vuelven imborrables.
  11. Saber Soñar: El sueño es el inicio de la realidad. De lo soñado percibimos la vida y lo proyectamos, es decir, saber leer las sensaciones que nos generó ese sueño.
  12. Saber Caminar: Si uno sabe caminar, no nos cansaremos. Debemos ser conscientes que uno nunca camina solo, porque nos acompaña la Madre Tierra y el Padre Sol, la luna, la naturaleza, nuestros ancestros, y lo que nos rodea.
  13. Saber Dar y Recibir: En la vida todo fluye, cada ser tiene energía que recibimos en nuestro cuerpo y también transmitimos a los otros seres. Nuestra responsabilidad es dar con bendición, y recibir con agradecimiento. Hablamos desde los beneficios de los rayos del sol, del agua, viento, hasta las personas que amamos.

Este modo de vida es adaptable a la vida occidental que estamos acostumbrados. Es la alternativa a la vida capitalista y socialista, ya que estos no tienen en cuenta el manejo responsable de los recursos naturales ni la ecología de los ecosistemas. En cambio, el Buen Vivir piensa en las dinámicas ecológicas del hábitat donde estamos viviendo, y su base es promover la salud mental y física de nuestro cuerpo, tomando acciones con propósito hacia el bienestar del cuerpo y del planeta.

[1] Fernando Huanacuni Mamani. 2010. Buen Vivir / Vivir Bien Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas

[1] https://consultorsalud.com/trastornos-mentales-en-la-region-de-las-americas-2018/