Somos testigos de la mayor quema de hectáreas en la amazonia entre 2019 y lo que llevamos de 2020. El dolor causado de tantos hábitats de fauna silvestre y diversas especies quemadas, se ha dirigido a actores en específico como los gobernantes y los ganaderos, señalándolos de culpables y promotores de tales acciones de piromanía. Solo hay que mirar los datos de la Escuela de Silvicultura y Estudios Ambientales de la Universidad de Yale, en la que afirma que el 80% de la deforestación en la selva tropical corresponde a la ganadería.
Seguramente muchos ganaderos y varios gobernantes han promovido tales acciones irresponsables. Sin embargo, no se debe generalizar que todos los ganaderos que están en estas zonas son los culpables. Existen varios propietarios con ganadería en la amazonia que luchan por conservar la biodiversidad, sin afectar su producción, como es el caso del Rancho Fazenda Mitaju en Brasil.
Este rancho de 530 hectáreas, está al mando de una persona de 20 años llamado Wellison Oliveira. Su objetivo es intensificar la productividad y hacer que 2.500 cabezas de ganado sean sacrificadas lo más rápido. Su creencia está basada en demostrar que, si se puede crecer en productividad, sin afectar una sola hectárea de bosque, con el fin de frenar la deforestación de la amazonia y quitar la idea de “mayor área, mayor productividad”.
Solos no lo van a lograr, su principal aliado es Pecsa (Para la Ganadería Sostenible del Amazonas), es una compañía cuya finalidad es intensificar la producción de pasturas severamente degradadas y convertirlas en sistemas eficientes y sostenibles. Otro aliado es Alianza da Terra, una fundación dedicada a fomentar la agricultura sostenible en Brasil, a través de una plataforma llamada “Derecho de Producción” que cuenta con 1.500 miembros representando a cinco millones de hectáreas de sistema productivo, con el fin de diferenciar y resaltar los agricultores responsables.
Este tipo de iniciativas y tal problemática ha generado un gran interés en la comunidad internacional, por ejemplo, Greenpeace optó por la estrategia de buscar el rechazo de productos cárnicos provenientes de fincas causantes de deforestación. Sin embargo, abarcar la totalidad de la cadena de suministro (desde que nace la vaca, hasta que llega a su plato) ha identificado en que parte del eslabón o eslabones está ocasionando deforestación, pero también grandes retos. En consecuencia, la alianza entre National Wildlife Federation y la Universidad de Wisconsin-Madison han desarrollado la herramienta Visipec, una aplicación gratuita que permite a los empacadores de carne, rastrear proveedores indirectos.
A manera de reflexión, no se necesitan inventarse nuevas cosas para encontrar soluciones al problema. La finca Fazenda Mitaju toma medidas que ya están inventadas y las acopla a sus necesidades y contexto, lo que permite tener unos datos exitosos, como el aumento diez veces más en almacenamiento de animales y aumento de peso en comparación con el promedio en la región en tierras degradadas. La carne producida por Pecsa usa 84% menos tierra y emite 85% menos de gases de efecto invernadero. Por ende, debemos apoyar este tipo de iniciativas comprando dichos productos, si es que nos duele la deforestación en la amazonia. Es mejor opción consumir responsablemente, que quedarnos sufriendo en nuestras casas observando la quema de la amazonia y subsidiando productos que incentivan la deforestación en la amazonia y en otros ecosistemas.