Las implicaciones del Covid-19, sin duda merecen la completa atención de los gobiernos, instituciones y entes internaciones de su competencia, pero esta circunstancia no debe distraer de la no menos preocupante situación que representa la crisis climática para el ser humano, según lo ha manifestado el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, en un comunicado publicado el pasado 23 de marzo, con motivo del Día Meteorológico Mundial y el Día Mundial de Agua, en donde señala:
“El mundo debe demostrar la misma unidad y determinación en la acción climática y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero como para contener la pandemia del coronavirus”, ha precisado Taalas.
Y es que no es para menos, porque a pesar de la disminución de los gases contaminantes en países como China, – en donde el bloqueo y la reducción de la actividad económica, para hacer frente al virus condujeron a una disminución calculada en un 25% en las emisiones de CO2 -, los niveles de dióxido de carbono siguen siendo altos, mucho más altos que el año pasado, en este sentido y como lo manifiesta la OMM, la disminución de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero que han generado los gobiernos para contener la expansión del virus y que han reducido notablemente las actividades económicas, llevando a mejoras en la calidad del aire, no representan una acción sustituta contra el cambio climático; además es demasiado apresurado evaluar los cambios en las concentraciones de Gases de Efecto Invernadero -GEI- en la atmosfera responsables del Cambio climático.
Finalmente, aunque la aparición del virus implique una mejora en la calidad del aire y reducciones focalizadas de la contaminación, es inconsciente minimizar el gran desafío que la salud mundial enfrenta en este momento. El llamado es a reflexionar sobre esta crisis y considerarla un estímulo para motivar y apoyar un cambio que busque la implementación de acciones y políticas mucho más afables con la tierra y con el clima, pues como lo dijo el secretario general de la OMM, “el fracaso en la mitigación del cambio climático podría conducir a mayores pérdidas tanto de vidas como económicas durante las próximas décadas”.