La Unión Europea puso los ojos en las comunidades vulnerables de Colombia, con la visión de fortalecerlas en sus emprendimientos locales. Estas familias beneficiadas han luchado con esfuerzo para sostener sus procesos comunitarios, sostener a sus familias y vivir con dignidad en su territorio, por medio de las actividades ancestrales, que han sabido heredar y adaptar a los cambios globales.

El proyecto Desarrollo Local Sostenible y Gobernanza para la Paz (DLS) comenzó en 2016, financiado por la Unión Europea, con una cantidad de 2,8 millones de euros, mientras que los institutos de investigación SINCHI, INVEMAR e IIAP aportaron 700 mil euros[1]. Estas inversiones tienen el objetivo de “Fortalecer las capacidades institucionales para la toma de decisiones informadas, el ordenamiento del uso del territorio y de los recursos naturales, con el fin de mejorar las condiciones de vida de la población rural ubicada en zonas con función amortiguadora de áreas protegidas afectadas por el conflicto y priorizadas en las regiones de la Amazonia, Caribe y Pacífico, en el marco de la política de Desarrollo Local Sostenible”[2].

El 10 de diciembre de 2019, Día Internacional de los Derechos Humanos, se presentaron los resultados obtenidos de este proyecto en el Hotel Dann Carlton en Bogotá, teniendo como protagonistas a los campesinos beneficiados en estas tres regiones del país. En la Amazonía se encuentran habitantes asentados en el Área de Manejo Especial de la Macarena-AMEM- en Vistahermosa, siendo las asociaciones AGROCOS y ASOPROMACARENA; tres asociaciones en el Caribe que son ASOPEBUE, ASOGUITUR y COPEMAR ubicadas en la Ciénaga Grande de Santa Marta de los municipios de Sitionuevo, Puebloviejo y Ciénaga; finalmente en la región del Choco Biogeográfico está  la población localizada en el Parque Nacional Natural Utría con las empresas Nuqui Fish y Ecohotel Vientos de Yubarta, en los municipios de Juradó, Bahía Solano y Nuquí. También trabajaron en el Parque Nacional Natural Katíos con las asociaciones ASOPEBIB y ASOPESVIGRAN en el Atrato.

Los aciertos de los investigadores, en cada una de las instituciones participantes del proyecto, estuvo en fortalecer las cadenas de valor de cada emprendimiento de las empresas y asociaciones. Por ejemplo, la problemática común que tienen los pescadores artesanales de toda la costa colombiana es mantener el pescado fresco, desde que se captura hasta que llega al plato de los comensales, debido a la falta de energía eléctrica de estas zonas, lo cual no permite generar hielo para mantener un pescado de buena calidad, o, si tienen el servicio de energía, no tienen las neveras adecuadas para mantener el pescado con un proceso higiénico y eficaz. La estrategia de los investigadores fue articular el conocimiento técnico con los saberes tradicionales de los campesinos, y dio como resultado, la compra de neveras de alta tecnología que funciona con energía eléctrica y solar, para que el pescado sea de buena calidad y lo puedan transportar a los comensales de las ciudades capitales.

En el caso de la agricultura, AGROCOS fue beneficiado por proyectos anteriores para cultivar cacao, así como ASOPROMACARENA que dejaron de cultivar coca para sembrar sacha inchi. Sin embargo, no tenían la maquinaria para transformar la materia prima en diferentes productos atractivos para el mercado. La solución fue invertir en maquinaria que facilite la transformación del cacao y el sacha inchi, logrando fortalecer la cadena de valor que comienza por estos campesinos y terminan en nuestras ciudades.

Una estrategia llamativa que se implantó en la Ciénaga Grande de Santa Marta, fue empoderar a una asociación de pescadores del pueblo palafítico de Buenavista, llamada ASOPEBUE, para realizar turismo comunitario en los manglares de la ciénaga, debido a la baja captura de pescado y las crisis económicas de estos pobladores. Este proceso fue un éxito, siendo una alternativa económica que permitió capacitar a la gente para realizar avistamiento de fauna, reconstruyeron su sede para ser museo cultural con paneles solares y baños secos, empoderaron a los jóvenes para realizar turismo y revivir el “Baile Negro”. En consecuencia, este compromiso de la comunidad y de los investigadores, llamo la atención de la fundación de Carlos Vives, llamada Tras La Perla, para apadrinar este proceso.

Las conclusiones y lecciones aprendidas de DLS lo expresó Matilde Ceravolo, jefe de cooperación de Unión Europea en Colombia, al expresar que la cooperación internacional está para ayudar a subir los primeros escalones a la solución de necesidades en Colombia, para que este tipo de emprendimientos sean sostenibles y no tengan la urgencia de pedir ayuda de cooperación internacional, sino que las mismas asociaciones y empresas mejoren autónomamente dichos emprendimientos, sin depender económicamente de otras entidades.

Finalmente, la unidad de los institutos de investigación, junto con la articulación de las autoridades públicas y las comunidades locales, dio como resultado, un impacto que va más allá de lo económico, también mejoraron la vida de todos los participantes de este proceso, sea en aprendizajes, capacidades técnicas, alianzas estratégicas, información para monitorear la biodiversidad y sus ecosistemas, formalización de sus emprendimientos hasta el punto de ser negocio verde, sacar sonrisas con sueños cumplidos de líderes sociales que querían resaltar la importancia de su territorio en Colombia y en el exterior.

Ahora, el 19 de octubre de este año salió la noticia, de que Unión Europea planea un segundo desembolso por 20.000 millones de pesos, para seguir impulsando negocios verdes en Colombia, la gobernanza forestal, familias con acuerdos de biodiversidad en parques nacionales y la economía circular, por medio del mismo programa llamado Desarrollo Local Sostenible (DLS)[3].


[1] https://www.sinchi.org.co/files/COOPERACION/DLS/Boletin_N1_Proyecto_DLS.pdf

[2] https://www.sinchi.org.co/desarrollo-local-sostenible-y-gobernanza-para-la-paz12

[3] https://id.presidencia.gov.co/Paginas/prensa/2019/Union-Europea-confirma-desembolso-por-20000-millones-para-el-desarrollo-de-negocios-verdes-en-Colombia-191019.aspx